miércoles, 7 de mayo de 2025

Reseña: One God, Three Persons, Four Views

 

Reseña: One God, Three Persons, Four Views


Pese a que leí este libro al rededor de finales del año pasado o comienzos de este año, solo recientemente pude darme algo de tiempo para escribir una breve reseña y mencionar algunos puntos curiosos que encontré en este libro.

Básicamente, el libro nos presenta 3 puntos de vista trinitarios, y 1 punto de vista no trinitario respecto a Dios. Por un lado, para algunos lectores puede parecerle interesante que los cuatro proponentes son formalmente filósofos, y está principalmente orientado desde este punto de vista, pero si no eres de los que gustan de la filosofía, el libro, podría resultarte algo tedioso, aburrido o difícil de entender en algunas secciones.

La primera propuesta trinitaria, que es la de Hasker, que nos lleva por el rumbo de una doctrina de la trinidad muy social, basada en la generación eterna del hijo, lo cual nos recuerda mucho, tal vez a los adherentes del concilio de Nicea de siglo 4, pero, se distancia en cuanto al tema ontológico, tendiendo mas a lo funcional, se centra mas en los centros de conciencia. Luego Craig, presenta otra versión mas contemporánea de esta doctrina, la cual no implica ninguna generación, se basa en un modelo de trinitarismo latino-social (parecido al de Agustín, pero no exactamente igual). Del otro lado, tenemos a Branson, quién nos presenta la sorpresa, y al menos para mi la principal razón para leer este libro, argumentando un modelo de monarquianismo trinitario, el cual, cual es poco conocido, lo cual lo hace interesante. Finalmente tenemos a Tuggy, el cual presenta su modelo unitario bíblico (sociano). Después de las presentaciones de cada modelo, se dan algunas críticas o examinaciones cruzadas entre todos ellos. Por supuesto, con mucho respecto y no como los típicos shows de peleas de gallos como encontramos en los debates en youtube.

En general, el libro puede ser útil para conocer algunas posiciones no tan comunes, y se podría recomendar principalmente a los que gustan de la filosofía, si eso es algo que no te interesa, no recomendaría el libro. La versión electrónica que yo tengo, en una biblioteca digital online que utilizo, tiene algunos problemas con los índices, lo cual puede llevar a algunas confusiones. A continuación, presento algunas críticas sobre algunos puntos que me llamaron la atención.

LA CONTROVERSIA DE LAS ETIQUETAS

Hasker astutamente toma el argumento de las etiquetas de Tuggy y lo utiliza en su contra. El tipo de unitarismo al cual este se refiere es conocido como socianismo, y no es exactamente el más conocido o el que ejercen la mayoría de los unitarios ("unitarismo bíblico", es otro problema como etiqueta, ¿acaso existen unitarios que argumenten que sus propias creencias no son bíblicas?). Craig también critica este uso de etiquetas en el libro, hace referencia a los modalistas para complementar los casos, también valdría la pena mencionar a aquellos con un sistema unicitario o de unicidad. De todas formas, este deja pasar algunos otros puntos importantes al respecto que vale la pena puntualizar. Al parecer, este emplea como sinónimos las etiquetas de arianos y subordinacionistas, siendo que hay diferencias importantes en las creencias y modelos de ambos grupos, tal vez principalmente por lo poco que se sabe de manera objetiva sobre las creencias de Arrio, y del como aparentemente este entiende varios pasajes bíblicos importantes en contraste con los subordinacionistas de 2do y 3er siglo EC. Por otro lado, Hasker también es impreciso con las creencias de los Testigos de Jehová, si entiendo bien, él los toma como representantes de aquellos que creen que Jesús no es divino ni humano. Totalmente al contrario a esta presunción, ellos creen que Jesús fue divino en su preexistencia, mientras que este fue humano a partir de la encarnación hasta su muerte, posteriormente, este regresa a su estado divino. La diferencia principal con los socianos, radica en tema de la preexistencia, y en qué entienden o cuanto están dispuestos a ceder con la expresión "divino" que es bastante ambigua.

Al final, toda esa discusión solo nos muestra lo subjetivas y poco útiles que terminan siendo este tipo de etiquetas.

EL ESPIRITU SANTO, BRILLA POR SU AUSENCIA

Tanto Craig como Hasker, le dedican casi todo lo que escriben en este libro a la argumentación de Jesús como una segunda persona en la deidad. Llama mucho la atención que ambos dediquen nada mas de un par de hojas a la argumentación respecto a la inclusión del espíritu santo en el sistema trinitario. Aunque alrededor de los últimos 10-20 años salieron a la luz nuevos libros dedicados a argumentar al respecto, el hecho de que en este libro no se empleen dichos argumentos, parece indicar que estos libros no poseen nada suficientemente solido o relevante como para ser presentado o empleado para defender la posición trinitaria sobre el espíritu santo. Branson es quién menciona más al espíritu santo, de igual manera no llega a argumentar casi nada bíblico respecto a este.

La argumentación presentada de los proponentes al respecto es tan pobre y apresurada que da la impresión de que los escritores tratan de evitar el tema (al menos Craig y Hasker). En general, no hay un análisis de los textos que citan sobre el tema del espíritu santo a diferencia de otros textos referentes a Jesús. Personalmente creo que el tema del espíritu santo siempre ha sido el principal talón de Aquiles de los sistemas trinitarios. Con la poca argumentación que hay, difícilmente alguien se sentirá convencido sobre este tema con lo propuesto en esas pocas páginas.

miércoles, 29 de enero de 2025

Juan 17:5 ¿A qué tipo de preexistencia se refiere?

 

Juan 17:5 ¿A qué tipo de preexistencia se refiere?

“Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.”  (RV 1960)

Para todos los comentaristas del NT, este es uno de los pasajes mas claros respecto a la preexistencia de Jesús. En este artículo deseamos explorar, en que sentido debe entenderse dicha preexistencia.

Primero determinemos como vamos a aproximarnos al texto. Si tomamos el prólogo del evangelio como una redacción posterior al cuerpo de este, entonces solo necesitamos evaluar lo que nos presenta la unidad 17:1-5, junto a su contexto anterior y posterior. Desde este punto de vista, en el contexto anterior, 16:29 en adelante, se nos pone por explícito que la forma de enseñar de Jesús, sufre un cambio, pese a que este sigue empleando lenguaje profético, este ya no usa comparaciones, parábolas, alegorías, etc., lo cual nos sugiere, que debemos tomar sus palabras en sentido literal y proféticamente respecto a su cumplimiento. Claramente en 17:1, este mismo Jesús, sigue siendo el personaje que se dirige a sus apóstoles, y, en consecuencia, el “yo/me” de 17:5 es este mismo personaje. Las palabras de este pasaje solo tienen sentido si las entendemos como una referencia a preexistencia, específicamente al momento antes de la creación del mundo.

(Discovering John, John Ashton, pg. 154, 2021)

Sin embargo, algunos como Smith proponen que esta preexistencia debe entenderse de modo que este, existía solo como una idea en la mente de Dios antes de la creación del mundo. Si el público al cual se dirigía Jesús no hubiese sido socio-culturamente Judio, esta idea podría tener mucho sentido, pero este no es el caso, el público al cual se dirige son Judios, Jesús se dirige a sus discípulos, los apóstoles. Como aprendimos en el anterior artículo, el profesor Henze nos explica que la mente judía en tiempos del segundo templo, concibe que todo lo que existe, antes de ser creado, existe previamente en la mente de Dios como una idea. Si como se espera, traemos este pensamiento estándar a 17:5, nos encontraríamos con una tautología, y en consecuencia la información de este pasaje carecería de relevancia alguna, puesto que Jesús estaría enseñándoles algo que sus discípulos ya conocen, algo que cualquier judío conocería y no tendría nada de especial que justifique ser redactado. En contraste, como también vimos en el artículo anterior, (https://labibliaysumensaje.blogspot.com/2025/01/2-baruc-y-el-templo-preexistente.html) la otra idea de preexistencia en la esfera celestial junto a Dios, es algo que podría ya existir en la mente Judia, de finales del siglo I, y tendría más sentido entender este pasaje en este sentido de preexistencia, lo cual haría esta sección del relato lo suficientemente relevante como para incorporarse en el evangelio. Tal como algún ser espiritual en la región celestial, es decir, en la morada de Dios, por así decirlo, un ángel, por ejemplo, tendría este tipo de existencia, no solamente está en la mente de Dios, sino junto a Dios en la realidad celestial. Esta interpretación es más justificada.

Por otro lado, otros que sí deciden leer el prólogo del evangelio en este pasaje, y pueden llegar tanto a la misma conclusión como a una diferente. Desde mi punto de vista es difícil determinar una conexión clara entre prologo-cuerpo del evangelio, ya que no hay una cita textual entre el prólogo y el cuerpo que nos indique que nos encontramos con una referencia entre uno y otro (1:14 es una referencia a la gloria en la encarnación, no durante su preexistencia), esta relación podría darse solamente desde una aproximación mediante un paralelo temático, y requeriría aplicarse, no solamente a este pasaje, sino a muchos otros, como ya han propuesto algunos (Harstine, 2022). También debe considerarse el cómo afecta el contexto anterior (16:29), donde tenemos un relato literal y profético, es contrastando al lenguaje altamente poético, elevado y abstracto del prólogo, esta aproximación parece ser muy compleja, ¿Cuál de los tipos de discurso absorbería al otro y por qué?.



jueves, 9 de enero de 2025

2 Baruc y el templo preexistente, ¿Preexistente, en qué sentido?

 

2 Baruc y el templo preexistente, ¿Preexistente, en qué sentido?

Segunda Baruc, también conocido como el apocalipsis siriaco de Baruc, es un libro pseudo epigráfico al cual en general se le atribuye autoría judía. Se cree que fue redactado después del 70 E.C., entre finales del siglo I y comienzos del siglo II E.C. Entre su contenido, nos llama la atención una referencia al edificio/templo que apreciamos a continuación:

(APÓCRIFOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO, tomo VI, A. DÍEZ MACHO, ANTONIO PIÑERO, pg. 182, 2009)

Esta es una referencia a un templo previamente existente al templo judío donde los hombres servían a su Dios. ¿Pero en qué sentido este templo es preexistente según el relato? En este y otros contextos del libro, el autor nos muestra una clara intención de oponer las cosas terrenales respecto a las cosas celestiales (Murphy, 1985), bajo esta premisa, es que podemos entender naturalmente que el edificio o templo, se encuentra junto a Dios en el cielo, en la esfera celestial, de la misma manera que muchos otros personajes o cosas se encuentran ahí según este libro. Por supuesto, esto no implica que hay un templo hecho con materiales perecederos en el cielo, después de todo, este templo no fue hecho con manos humanas como nos explica el mismo texto. A lo que sí se hace referencia es a un templo equivalente abstraído a la realidad celestial. Y esto a su vez, es muy diferente que plantear, que este templo, es simplemente una idea en la mente de Dios, nuevamente, el contraste que emplea Baruc, no es entre lo terrenal y lo imaginario, es un contraste entre lo terrenal y lo celestial.

(The Destruction of Jerusalem and the Idea of Redemption in the Syriac Apocalypse of Baruch, Rivka Nir, pg. 20, 2003)

(Portraits of Adam in Early Judaism, From Sirach to 2 Baruch, John R. Levison, 2015)

(Hebrews and the Temple, Attitudes to the Temple in Second Temple Judaism and in Hebrews, Philip Church, pg. 218, 2017)


(Reading Revelation After Supersessionism, An Apocalyptic Journey of Socially Identifying John’s Multi-Ethnic Ekklēsiai with the Ekklēsia of Israel, pg. 127, Ralph J. Korner, 2020)

Si bien la mayoría de los comentaristas de segunda Baruc no necesariamente abordan este tema de manera específica, para estar seguro de que esta conclusión es correcta, contacté al Profesor Michael Stone, que a su vez me dirigió en sus propias palabras al mayor experto que tenemos en 2 Baruc: “I suggest directing the quetion to Professor Matthias Henze, currently the foremost expert on 2 Baruch.”. El Profesor Henze, teniendo las mejores credenciales posibles para responder esta cuestión, fue muy amable y me brindó la siguiente respuesta despejando mis dudas:

Dado que este templo, es producto del “segundo paso”, no tiene mucho sentido categorizarlo solo como una idea o concepto en la mente de Dios, lo más probable, es que se encuentre como una realidad celestial o espiritual junto con Dios y junto a otras creaciones espirituales de Dios. También podemos añadir, que segunda Baruc, da testimonio de que esta misma idea de preexistencia, no solamente se encuentra en el pensar de los cristianos de primeros siglos, sino que también existía en la mente judía al rededor de finales de siglo I y comienzos del II.

 

Murphy, Frederick James, The structure and meaning of Second Baruch, pg. 88,1985