miércoles, 3 de diciembre de 2025

Teología(s) y Estudios Bíblicos: ¿Cuál es la diferencia entre estas disciplinas?

 

Teología(s) y Estudios Bíblicos: ¿Cuál es la diferencia entre estas disciplinas?

Las disciplinas relacionadas con la religión presentan puntos en común, pero también diferencias metodológicas importantes. Una forma sencilla de visualizar esta relación es mediante una analogía: así como el fútbol y el básquet son ambos deportes, aunque se juegan con reglas muy distintas, lo mismo ocurre entre la teología y los estudios bíblicos. Confundir estas disciplinas o utilizarlas de manera indistinta puede llevar a cometer una falacia de categoría, algo que he observado incluso en personas con formación académica.

¿Teología o teologías?

El término teología proviene del pensamiento griego y, a lo largo de la historia, ha adquirido diversos matices. Hoy en día se entiende de múltiples maneras, pero en mi opinión una definición útil para el ámbito académico es: el estudio de las creencias, discursos y reflexiones sobre Dios y lo divino dentro de las tradiciones religiosas.

Dado el amplio abanico de tradiciones existentes, es más preciso hablar de teologías en plural. Desde la academia, encontramos por ejemplo la teología sistemática o dogmática, la teología moral, la teología de la liberación, etc. Desde una perspectiva confesional, cada denominación desarrolla su propia comprensión teológica: la teología bautista difiere de la pentecostal; la teología calvinista difiere de la arminiana, y así sucesivamente.

¿Qué distingue a los Estudios Bíblicos?

A diferencia de la mayoría de las teologías, cuyo enfoque suele estar condicionado —aunque no necesariamente limitado— por marcos doctrinales y confesionales, los estudios bíblicos se centran en el análisis del texto dentro de su contexto social, cultural e histórico. Su objetivo principal es comprender qué quiso comunicar el autor original a su audiencia contemporánea.

Para ello, los estudios bíblicos emplean metodologías críticas como la crítica textual, la crítica literaria, el método histórico-crítico, la arqueología o la lingüística semítica. Su aproximación busca minimizar presupuestos teológicos posteriores, lo que permite evitar conclusiones anacrónicas que a veces surgen dentro de desarrollos teológicos dependientes de tradiciones, concilios o sínodos.

Una falacia de categoría frecuente

No distinguir claramente entre ambas disciplinas conduce a errores metodológicos. Un ejemplo común es asumir que, porque un académico pertenece a cierta denominación o sostiene una teología particular, necesariamente interpretará que el mensaje original de un texto bíblico de acuerdo con esa teología. Esto es una falacia de categoría: confundir un análisis teológico con un análisis crítico-histórico.

Un académico puede presentar una interpretación desde un marco teológico, pero eso no implica que dicha interpretación sea la misma que adoptaría desde la disciplina de los estudios bíblicos. Por esta razón, intentar reconciliar los resultados de un análisis bíblico académico utilizando por los presupuestos teológicos de la persona, puede ser metodológicamente incorrecto.

Sobre las Ciencias Bíblicas

En la actualidad ha surgido un término más específico dentro de los estudios bíblicos: ciencias bíblicas (biblical sciences). Esta subdisciplina enfatiza el uso sistemático de métodos científicos y herramientas interdisciplinarias aplicadas al estudio del texto. Espero el próximo año realizar al menos un diplomado en el área para poder ofrecer una descripción más detallada basada en mi experiencia sobre esta subdisciplina.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario