martes, 30 de mayo de 2023

MATEO 12:31 ¿Qué o quién es el espíritu contra el que se blasfema?

 

MATEO 12:31 ¿Qué o quién es el espíritu contra el que se blasfema?

"Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada." (RV-1960)

 Desde la antigüedad, este pasaje ha tenido muchas interpretaciones a lo largo del tiempo, la primera vez que se hace referencia a una interpretación de este pasaje, nos lleva al didajé (entre 90-150 EC?) en el cap. 11:

LA DIDAJE O DOCTRINA DE LOS APOSTOLES, Máximo Torres Marcos, pg. 94, 1991


Aquí encontramos que la blasfemia contra el espíritu se refiere a hablar en contra de cualquier mensaje profético verdadero, (o incluso podría entenderse como hablar contra el profeta mismo cuando se encuentra en su labor respectiva). A diferencia de esta interpretación, posteriormente en el siglo III Orígenes, lo entiende en referencia a los creyentes cuando se desvían de la fe, cuando esto sucede, el espíritu abandona al creyente. Un siglo más tarde ya existe múltiples interpretaciones nuevas y diferentes, como la de Atanasio, que hace referencia a que la blasfemia contra el espíritu se refería llamar a Cristo Belcebú. Ambrosio por otro lado entendía que la blasfemia sucedía cuando se le llamaba poder del diablo al poder de Dios, o incluso otros como Basilio irían más allá y entenderían este pasaje como una referencia a la tercera persona de la deidad trina. En general, optar por una solución desde el punto de vista de la tradición, no nos lleva a ningún lado, de hecho, este y muchos otros casos, nos evidencian que incluso ya en el IV siglo, cuando la tradición no estaba de acuerdo con la opinión de los padres de la iglesia, estos simplemente, optaban por no seguirla.

 En esta ocasión y sin ser dogmáticos, me gustaría presentar una de las tantas posibles interpretaciones, la cual personalmente considero la mas probable planteada por R. T. France:

“Mateo ha reunido aquí dos dichos relacionados y desconcertantes que se encuentran en Marcos 3:28–29 y en Lucas 12:10, de modo que la interpretación de cada uno se rige por el otro. El dicho de Marcos contrasta la blasfemia contra el Espíritu Santo (que es imperdonable) con todos los demás pecados y blasfemias (que pueden ser perdonados); que en Lucas se especifica como la blasfemia perdonable al decir una palabra en contra del Hijo del hombre. La blasfemia contra el Espíritu Santo (es decir, contra la actividad manifiesta de Dios, como se ve en el v. 28) es más grave que otras formas de calumnias y abusos (la blasfemia suele ser un discurso contra Dios en la LXX, pero en el griego secular también se usa de calumnias en general, así también en Romanos 3:8; 1 Corintios 10:30); indica una negativa deliberada a reconocer el poder de Dios, una orientación totalmente pervertida, como la de Isaías 5:20 ('los que a lo malo llaman bueno y a lo bueno malo'). Esto era lo que estaban haciendo los fariseos al atribuir las curaciones de Jesús al poder satánico.” (Matthew, Tyndale New Testament Commentary, R. T. France was senior lecturer at London Bible College and was principal of Wycliffe Hall, Oxford and was Hon. Research Fellow in the Department of Theology and Religious Studies, University of Wales, Bangor, 2015)

 Como apreciamos, la exegesis de France, no abarca solo la unidad inmediata de 31-32 para dilucidar el significado de esta, este abarca también el contexto anterior y el posterior que en mi opinión, es el mejor método de análisis exegético. En el contexto anterior el v.28 es clave para determinar el sentido de espíritu: Pero si yo expulso los demonios con el Espíritu de Dios, es que ha llegado a vosotros el reinado de Dios.” (BIBLIA DEL PEREGRINO). La gravedad de la ofensa, el paralelismo de los pasajes respecto al medio o instrumento empleado por Jesús para lograr sus objetivos  y el propósito como el reino de Dios, nos ayudan a comprender mejor el pasaje. Por supuesto, las cosas de Dios, también pueden incluir a Dios mismo, y ese parece ser el motivo por el cual encontramos un tono personal al expresar este pasaje y al emplear la idea de blasfemar, específicamente en este contexto del evangelio de Mateo, se puede entender que el espíritu, visto en paralelismo con el hijo del hombre, nos sugiere el ser entendido como un personaje (y podemos tomarlo en este sentido tanto metafóricamente como literalmente), el cual es Dios.

Pero la idea de blasfemar, no está atada únicamente ligada al sentido personal, en las escrituras el concepto de la blasfema no va dirigida necesariamente a un personaje, ya desde el AT, en general en la cultura judia, y por supuesto en el NT, la blasfema se podía dar no solo a Dios, sino también a las cosas sagradas (e impersonales) relacionadas a este como encontramos principalmente en Isaias 52.5 o Rev. 13.6 en referencia a su nombre o lugar de habitación/residencia/tabernáculo. Otros ejemplos: 

Manual Greek Lexicon of the New Testament, George Abbott-Smith, pg. 82, 1999

Por lo tanto, la atención no está centrada únicamente en este espíritu como personaje, sino que acarrea consigo las cosas, la dimensión o la realidad de Dios, como su fuerza, su poder su actividad, etc. que es en contra de lo que representa el blasfemar contra el espíritu. Claro, el personaje en vista, no es el Hijo del Hombre (Jesús) de contra el cual se deja explícito el perdón, y no hay otro tercer personaje contextualmente hablando que candidatee para la identidad del espíritu mas que Dios mismo.

“El pecado imperdonable se encuentra no solo aquí, sino también en Hebreos 6:4–6; 10:26–31; 1 Juan 5:16, basándose en el “pecado con mano altiva” de Números 15:30–31, la blasfemia desafiante contra Yahvé que fue castigada con la separación del pueblo del pacto (probablemente significa ejecución). ¿De qué manera todas las demás blasfemias pueden ser perdonadas pero no la del Espíritu? La clave es el Espíritu como la fuerza activa de Dios en este mundo. Calumniar a Dios o a Jesús es una cosa, pero calumniar su obra en este mundo a través del Espíritu es otra. Siendo el Espíritu el instrumento a través del cual la salvación escatológica de Dios ha entrado en el mundo, blasfemar esa herramienta divina de salvación detrás de Jesús no puede ser perdonada (ver más adelante en el v. 32).”

Matthew, Exegetical Commentary of the New Testament, Grant R. Osborne
was professor of New Testament at Trinity Evangelical Divinity School
in Deerfield, Illinois, 2010



Sacra Pagina: The Gospel of Matthew, Daniel J.Harrington was professor of New Testament
at Boston College and the Weston Jesuit School of Theology in Massachusetts, 2017

"Blasfemia contra el Espíritu Santo. Un pecado mencionado solo en Mateo 12:31; Marcos 3:28-29; Lucas 12:10. El contexto de Marcos aclara que esto no es simplemente cualquier falla moral grave, persistencia en el pecado, insultar o rechazar a Jesús o a Dios debido a la ignorancia o rebelión; más bien, es el rechazo deliberado de la actividad de Dios y su atribución al diablo. Algunos fariseos presenciaron un milagro notable y escucharon la propia enseñanza de Jesús, pero eligieron la oscuridad (Juan 3:19) y llamaron mal al bien (Isaías 5:20) al atribuir el milagro al diablo. La naturaleza iluminada y deliberada de este pecado lo hace imperdonable (no perdonado en la muerte, como pensaban los judíos, sino castigado por toda la eternidad). Este tipo de pecado también aparece en 1 Juan 5:16, que habla de un pecado que lleva a la muerte, y en Hebreos 6:4-6, que habla de aquellos a quienes ningún arrepentimiento puede llevar a un acuerdo. La persona no está ignorante, sino que elige rechazar a Dios, llamar a Dios el diablo. Por definición, nadie que se preocupe por cometer este pecado podría haberlo hecho, ya que excluye una conciencia turbada. En cambio, se presenta como una severa advertencia para aquellos que conocen la verdad de Dios para que no abandonen su fe."

Evangelical Dictionary of Theology, P. H. Davis es Profesor en la Universidad Bautista
de Houston y profesor en la Escuela de Teología de Houston a nivel de Posgrado, 2017

Matthew and the Margins, Warren Carter is Professor of New Testament Brite Divinity School Texas Christian University, pg. 274, 2005

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