2 Corintios 3:17 y el ESPIRITU
“Porque
el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.”
(RV-1960)
"En
este caso, «el Señor» significa el Espíritu y donde está el Espíritu del Señor,
hay libertad." (PDT)
"Pues
bien, Jehová es el Espíritu, y donde está el espíritu de Jehová hay
libertad." (TNM 2019)
Al momento de
intentar entender este pasaje, surgen diferentes preguntas, como, ¿Quién es el “Señor”?
¿Quién o que es el Espíritu? ¿Cuál es la relación entre el Señor y el Espíritu?
En este artículo trataremos de explorar algunas de las diferentes maneras de
entender este pasaje, de modo que podamos tener una idea mas clara de que es lo
que Pablo pudo haber expresado en este pasaje.
Para la identidad del Señor, existen, al menos 2 posibilidades, tenemos a Jesús por un lado y a Jehová/YHVH por el otro. Uno de los problemas de optar por Jesús, es que en el v.3,4 y v.14 encontramos “Cristo” como la manera usual y general de referirse a este personaje, en consecuencia, en 17, se esperaría “Cristo es el Espíritu” en el cap. 3 no se emplea "Señor" en referencia a Jesús, la única vez que se emplea este título sin ser combinado con otro es en 2:12 desde el cap. 1 al 3, donde en la misma oración se especifica que se refiere a Cristo de manera explícita. El contexto del pasaje y su referencia a Moisés se relaciona directamente con el AT, en particular, con éxodo 34:34, en consecuencia, esto nos llevaría a identificar a este SEÑOR con Jehová. Asumiendo esta última posibilidad, el concepto de ESPIRITU que se esperaría, y que encontramos, tanto en el AT como en muchos de los escritos de Pablo, puede entenderse, por ejemplo, como lo contrario a la ley, letra, código escrito (2 Cor 3:6); otros lo entienden como la contraposición del sentido literal vs espiritual de las escrituras; otros lo entienden en el sentido de presencia o poder.
Sobre el tipo de relación entre
ambos, hay demasiadas posibilidades, identidad, función, cualidad, etc. Belleville hace un excelente resumen de las diferentes posibilidades junto a sus pros y
contras:
“Durante el período
patrístico hubo una tendencia a tomar τὸ πνεῦμά como sujeto de la
cláusula
e interpretar κύριος
como adjetivo: "El Espíritu
es divino". Pero este enfoque fue alimentado por la controversia durante
este período
con respecto a la persona y naturaleza del tercer miembro de la Trinidad. 2
Cor. 3.17 fue utilizado en el debate por sus posibilidades de prueba textual.
En consecuencia, no se prestó suficiente atención a cuestiones de gramática,
sintaxis y contexto.
Sin embargo, cualquier tipo
de identificación personal u ontológica está excluida en el v. 17b, donde se
distinguen los dos (τὸ πνεῦμα κυρίου),
así como
en el uso más
amplio de Pablo que diferencia entre ὁ
κύριος y τὸ πνεῦμα.
Incluso una identificación
de 'esencia' o 'vida' es problemática,
ya que esto significaría que Pablo está haciendo un comentario en el v. 17a que
no tiene ninguna relevancia para el contexto inmediato.
Dado la dependencia de Pablo
en el v. 16 respecto a Éxodo 34.34, un número creciente de estudiosos
identifica κύριος tanto en
los vv. 16 como en el 17 con el Yahvé del relato del Éxodo. Esto deja abierto,
sin embargo, la naturaleza de la identidad en el v. 17a. Algunos piensan que
Pablo está afirmando que el contraparte del Yahvé de Israel en el antiguo pacto
es el Espíritu del creyente en el nuevo pacto. Otros se alejan de una
comprensión personal de τὸ
πνεῦμα y lo interpretan en un sentido
cualitativo. Por ejemplo, C.F.D. Moule sostiene que el punto de Pablo es que el
Yahvé del relato del Éxodo ahora habita entre su pueblo (es decir, Dios ya no
está distante). J. Goettsberger interpreta τὸ πνεῦμα
como una comprensión
espiritual en contraposición
a una comprensión
literal de las Escrituras. Y Thrall prefiere pensar en πνεῦμα en términos de 'poder'. Sin embargo, la
identificación de Yahvé
con el Espíritu sufre del mismo problema de identidad personal que la
identificación de Cristo con el Espíritu, y el intento de algunos de
interpretar τὸ πνεῦμα en términos cualitativos se desmorona al
llevar este sentido a las expresiones posteriores τὸ πνεῦμα
τοῦ κυρίου
y καθάπερ
ἀπὸ κυρίου лvεúμatоç en los vv. 17b-18.”
Finalmente, ella opta
por otra posibilidad, la cual es bastante razonable, optar por una metodología
alegórica respecto al AT (a este tipo de interpretación en la cultura judia de tiempos bíblicos se le conoce como 'pesher'), la cual la lleva a concluir que Pablo está haciendo un comentario relativo a su situación actual en base a este, concluyendo:
"En muchos de estos ejemplos,
los términos mismos pierden sus asociaciones contextuales originales, como en
el caso de los nombres propios, que a menudo se tratan de manera impersonal.
Por ejemplo, en Mut. Nom. 117, Filón equipara la palabra 'hombre' ('pero al
hombre que los rescató de los pastores') con 'el mundo que solo la razón
discierne'. De manera similar, en Exod. R. 2.6, el término "Elohim"
('cada uno de ellos aparece ante Elohim en Sión') se identifica con Moisés.
Esto significa que Pablo no necesariamente tiene que interpretar κύριος en el v. 17a en un sentido personal.
Es simplemente un término en su texto que encuentra su significado y aplicación
en su situación contemporánea.
Siguiendo los ejemplos
anteriores, 2 Cor. 3.17a puede traducirse como: "Ahora el término 'Señor'
se refiere al Espíritu" (es decir, el judío de hoy se dirige al Espíritu).
Esto permite que la forma articulada τὸ
πνεῦμα en los versículos 17a y b tenga pleno
peso como una referencia personal. También reconoce la diferencia entre la
forma anartrosa de κύριος
en los versículos 16, 17b y 18a, como una referencia al Yahvé en el relato del
Éxodo, y la forma articulada de κύριος
en el v. 17a, que funciona como un indicador para un término específico en la
cita del Éxodo sin ninguna implicación de importancia personal."
REFLECTIONS OF GLORY, Paul's
Polemical Use of the Moses-Doxa Tradition in 2 Corinthians 3.1-18, Linda L.
Belleville, is adjunct professor of New Testament at Grand Rapids Theological
Seminary, pg. 258-267, 2015.
Si bien parece una
muy buena opción, sus elecciones sobre la estructura, son discutibles y pueden tener cierta incidencia en la conclusión final (ver: Lifting the Veil: 2 Corinthians 3:7-18 in Light of Jewish Homiletic and Commentary Traditions, Michael Cover, pg. 83, 2015), sea que esto nos convenza o no, vale la pena, sin duda, tener siempre en mente,
múltiples posibilidades, a continuación, dejo una buena lista de
interpretaciones actuales desde el punto de vista exegético del pasaje, las
cuales, valen la pena tomarse en cuenta:
Maestro de los pueblos: Una teología de Pablo, el apóstol, Dr. Jordi Sánchez Bosch, fue profesor emérito de Nuevo Testamento en la Facultad de Teología de Cataluña y traductor de diversas versiones de la Biblia en Catalán, pg. 85-86, 2007
Gran diccionario de la Biblia, Xabier Pikaza, fue profesor titular
de Teología Dogmática en la Universidad Pontificia de Salamanca, 2015
"Ὁ δὲ κύριος
τὸ πνεῦμά ἐστιν
no debe entenderse como una identificación exhaustiva uno a uno que equipare al
Señor (Dios en su plenitud trinitaria) con el Espíritu (la tercera persona de
la Trinidad), sino más bien como una forma de decir que bajo el nuevo pacto las
personas experimentan/se relacionan con el Señor/Yahvé como el Espíritu Santo.
Cf. Harris 312. Contra Barnett 202: "Dado que 'el Señor' hacia quien uno
'se vuelve' es 'el Señor Jesucristo', debe significar que 'el Espíritu del
Señor' es su 'Espíritu', que a su vez debe ser identificado con 'el Espíritu
del Dios viviente' mencionado anteriormente en el capítulo (versículo 3). El
Espíritu de Cristo es el Espíritu de Dios (ver Rom 8:9, 10)". Cf. Z §169:
"En el texto muy debatido de 2 Corintios 3:17: ὁ δὲ Κύριος
τὸ πνεῦμά ἐστιν,
parece por el contexto que ὁ Κύριος
significa Dios, porque el versículo 17 explica (δέ, cf. 467) el versículo 16,
donde se cita la LXX sobre la 'conversión (de los judíos) al Señor (πρὸς
Κύριον)'". Οὗ δὲ τὸ πνεῦμα
κυρίου, ἐλευθερία.
Esta afirmación debe entenderse dentro del contexto general del capítulo 3,
donde el nuevo pacto del Espíritu se contrasta con el antiguo pacto de la ley.
Bajo el nuevo pacto, donde el Espíritu es la fuerza operativa, hay libertad.
Bajo el antiguo pacto, donde la ley reina, hay servidumbre." (
“En el versículo 16, Pablo pasa a lo positivo. El "velo" es quitado cuando los oyentes de la palabra de Dios se vuelven hacia el Señor. Esto (versículo 17) es obra del Espíritu Santo. Guthrie comenta: "La remoción del velo por parte de Moisés en presencia del Señor se convierte en la imagen fundamental para describir la esencia del evangelio del nuevo pacto". Pablo se dirige hacia la sección en la que dice que vemos la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo (4:4-6). Por lo tanto, 3:17 afirma: "El Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad". La libertad (eleutheria en griego) significa especialmente una relación abierta con Dios, cuando se ha quitado el velo. La frase de Pablo "El Señor es el Espíritu" no debe interpretarse como que Cristo y el Espíritu Santo son idénticos. La mayoría de los escritores siguen a George Hendry y Vincent Taylor al considerar que "es" es un "es" exegético, es decir, equivalente a "denota". Hendry argumenta que Pablo se refiere al significado de Éxodo 34:34, donde Moisés quita el velo al hablar con "el Señor". Vincent Taylor afirma que significa: "Ahora, kyrios [Señor] en el pasaje que acabo de citar denota al Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad". Thrall ofrece tres principales interpretaciones con variantes.” (2 Corinthians: A Short Exegetical and Pastoral Commentary, Anthony C. Thiselton, is Emeritus Professor of Christian Theology, University of Nottingham, and Research Professor of Christian Theology, University of Chester. 2019)
“A modo de explicación, Pablo ofrece un comentario interpretativo, y el Señor es el Espíritu (3:17). En relación a este pasaje, Crisóstomo escribió: "No dijo 'el Señor es un Espíritu', sino 'el Espíritu es el Señor'" (Homilía sobre 2 Corintios 7.5). Otros padres de la iglesia concuerdan con Crisóstomo al tomar el pasaje como una afirmación de que el Espíritu es divino, pero ese no es el punto de Pablo. Más bien, parece que Pablo está afirmando una equivalencia dinámica entre Cristo y el Espíritu. Es mediante el Espíritu que Cristo actúa en la era presente de la salvación. Con esta referencia, vuelve al enfoque pneumatológico que caracteriza su escritura sobre el nuevo pacto (véanse los versículos 3, 6, 8, 18).” (Second Corinthians, Paideia: Commentaries on the New Testament, Raymond F. Collins, visiting scholar in the Department of Religious Studies at Brown University, also was Dean of the School of Religious Studies (1993-96) and Professor of New Testament at the Catholic University of America, 2013)
“En este versículo, Pablo escribe: "El Señor es el Espíritu". Aunque esto ha llevado a algunos a identificar a Cristo y al Espíritu, y aunque algunos escritores patrísticos entendieron el texto como que el Espíritu es el Señor y, por lo tanto, divino, Pablo parece estar haciendo un comentario similar a un pesher (como lo hace en Rom 10:6-8) para explicar quién es ho kyrios en el texto de Éxodo. Si es así, entonces el texto se puede ampliar de esta manera: "Ahora, en este pasaje de Éxodo al que acabo de aludir, ho kyrios representa al Espíritu del nuevo pacto del cual he estado hablando". Así, Pablo no está identificando a Cristo y al Espíritu, ni está tratando de mostrar que el Espíritu es Dios. Más bien, está continuando el enfoque teológico y pneumatológico que ha caracterizado este capítulo desde su comienzo: el Señor es el Espíritu; es decir, el Señor es el Espíritu de Dios que da energía al ministerio de Pablo en el nuevo pacto. En consecuencia, el texto de Éxodo significa que cada vez que alguien se vuelva al Espíritu, el velo es levantado.” (II Corinthians A Commentary, The New Testament Library, Frank J. Matera was emeritus professor of New Testament at The Catholic University of America, 2013)
"Este versículo es un
paréntesis, y se ha llegado a un consenso emergente de que es el pesher o comentario
interpretativo de Pablo sobre el versículo 16. El texto allí hablaba de Moisés
volviéndose al Señor (= Yahvé). El procedimiento de actualización en el método
exegético de Pablo consiste en referir a ὁ
κύριος, "el Señor", entre comillas (con un artículo
anafórico, N. Turner, Grammatical Insights into the New Testament [Edimburgo:
T. & T. Clark, 1965] 126 f.), al Espíritu (τὸ πνεῦμα),
tratando el copulativo ἐσιν
como el significado exegético,
"representa". "El Señor"
en el pasaje citado significa [para nosotros] el Espíritu (ver Dunn, "2
Corinthians III. 17", en contra de Hermann, Kyrios und Pneuma, 39 ff, con
una modificación en Moule, "2 Cor 3:18b", 231, 232). Se registraría
un golpe final contra los oponentes de Pablo y su tipología de Moisés si pudiéramos
aceptar la interpretación novedosa de Hickling (394, n. 3). Él ve el texto del
Éxodo reinterpretado para significar que cuando Moisés ascendió a la montaña,
se encontró con el Espíritu, la fuente de la libertad. Pero la mente de Moisés
fue arquetípicamente "endurecida" y descendió con las Diez Palabras
de una religión legalista. Así que Moisés fue el primero en sufrir πώρωσις,
"endurecimiento", e Israel simplemente siguió su (mal) ejemplo. Pero
esto suena a una exégesis forzada.
«El Espíritu» generalmente se entiende como el Espíritu Santo, pero se trata más bien de su acción dinámica que de la persona del Espíritu lo que está en vista (1 Corintios 15:45; así lo afirma Barrett, 123; Collange, 109; Hermann, 17-58). Sin embargo, el papel del Espíritu como revelador del conocimiento de Dios ha sido defendido poderosamente por Chevallier en Esprit de Dieu, 93-97, y su forma de vincular el versículo 17 con el versículo 18 es sugerente. Los intérpretes judíos de la historia del Éxodo interpretaron que Moisés entró para tener comunión con Dios; pero como aún tienen velo, se les niega ese acceso, a diferencia de su líder. Cuando buscamos "al Señor" a través del Espíritu, es el Espíritu del Señor el que nos concede acceso a Dios, concluyó Pablo." (Word Biblical Commentary : 2 Corinthians, Martin, R. P. was professor of New Testament in the faculty of Fuller Theological Seminary in Pasadena, California and professor associate in biblical studies at the University of Sheffield, 2002)
“El Señor no solo habla a los seres humanos, sino que también habla con ellos. Al identificar al Señor como Espíritu, Pablo interpreta el relato del Éxodo, que explica que el rostro de Moisés resplandecía porque había hablado con Dios en el Sinaí (Éxodo 34:29), y que Moisés entraba en la tienda de reunión para hablar con el Señor (Éxodo 34:34). De hecho, según el libro de Números, es la comunicación directa y verbal, "de boca a boca", entre el Señor y Moisés lo que lo distingue de todos los demás profetas (Números 12:8; cf. Éxodo 33:11). Los relatos de los notables intercambios verbales de Moisés con el Señor, que a menudo se centran en la intercesión por Israel pero también incluyen quejas y peticiones, hacen audible lo que de otra manera ocurrió en secreto. Aquellos que pertenecen a Cristo han entrado en la misma relación con el Señor. El deseo de Moisés de que el Señor ponga su Espíritu sobre todo el pueblo de Dios se ha cumplido en Cristo (Números 11:29). Por lo tanto, estamos llamados a una relación comunicativa con Dios en la que escuchamos la voz de Dios a través de la palabra apostólica que nos abre las Escrituras. Luego respondemos a Dios en petición, acción de gracias, lamento y alabanza, tal como Pablo exhorta a los corintios a hacerlo.” (The Second Letter to the Corinthians, Mark A. Seifrid is Ernest and Mildred Hogan Professor of New Testament at The Southern Baptist Theological Seminary pg. 175, 176, 2014)
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