MATEO 10:28 ¿En qué sentido se destruye el alma?
“Y
no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más
bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” (RV-1960)
“No
teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma.[a] Teman más bien al que puede destruir
alma y cuerpo en el infierno.” (NVI)
«Y no temáis
a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel
que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna. (Biblia de
Jerusalén)
“Y
no teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma.o Más
bien, teman al que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en la Gehena.”(TNM-2019
versión de estudio)
El término griego απολεσαι que suele traducirse destruir en la mayoría de las traducciones puede adquirir diferentes sentidos, los cuales podemos encontrar en cualquier diccionario de griego como el de asesinar, arruinar o llevar a la ruina, causar daño severo, incapacitar, etc. De estas posibilidades, principalmente se derivan dos sentidos que llevan a dos posibles interpretaciones, una en el sentido de arruinar o torturar con la cual, se sustentaría la idea de un alma inmortal en base al pasaje, sugiriendo que aquellos que entran en esta condición sufrirán el tormento eterno, siendo su argumentación como apreciamos:
“Es
interesante observar que la expresión «destruir», en Mateo 10:28, viene del
griego «opolumi», que quiere decir: dar o entregar a
miseria eterna. En 2 Tesalonicenses 1:9, la palabra «perdición» se traduce de
un derivado de «olezros», que significa: «la pérdida de una vida de bendición
después de la muerte; miseria futura» (Léxico Griego-Inglés, de Thayer).” (Respuestas
bíblicas y doctrinales a los Testigos de Jehová, Eugenio Danyans de la
Cinna, 2014)
(Biblical Theology of Life in the New Testament, Francois P. Viljoen, Albert J. Coetsee, pg. 20, 2021)
La otra línea
argumental que toma el término en cuestión con el sentido de asesinar,
extinguir en el tiempo u otros semejantes parte del análisis gramatical,
particularmente sintáctico del uso del término απολεσαι principalmente por
parte del escritor del evangelio. Ya que la argumentación es bastante extensa trataré
de reproducirla de manera resumida a continuación:
Primero debemos estar consientes que απολεσαι en Mateo 10:28 es un verbo activo, transitivo y personal, por lo tanto, tomaremos como evidencia los pasajes que cumplan con estas características en el evangelio de Mateo, los cuales son los siguientes 2:13; 10:39; 12:14; 16:25; 22:7; 27:20 donde 2:13 es exactamente el mismo verbo y en los otros casos tenemos variantes de este como ἀπολέσας que por supuesto tienen el mismo significado. ¿Que hay en común en todos estos usos? En todos estos casos, el verbo destruir, lleva el sentido de asesinar, matar, terminar con la vida, como apreciamos en 2:13 “… porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo.” (RV-1960). La evidencia sugiere que el sentido mas probable que emplea Mateo para expresar la idea de destrucción en su evangelio es la de asesinar. En consecuencia, aplicando este sentido al pasaje, se concluye que, para Mateo, el alma puede morir o ser asesinada, no es inmortal.
Lectura sugerida: The Geography of Hell in the
Teaching of Jesus, Kim Papaioannou, pg. 50-55, 2013
Mientras
la línea argumental presentada en el principio del artículo se basa simplemente
en la posibilidad de que un escritor cualquiera pueda optar por un significado
entre muchos con el término respectivo, esta última presenta un argumento
gramatical más robusto y probable, al analizar con rigor sintáctico la
expresión de 10:28 por su propio redactor permitiendo que este mismo nos
sugiera el sentido de lo que intenta expresarnos.
EXTRA: Sobre
2 Tesalonicenses 1:9 en relación al tema
“But can such irreversible extinction properly be
called “eternal punishment,” such as Jesus speaks of in Matt 25:46? The
question is legitimate and the answer is easy to find. Of the seventy
occurrences of the adjective “eternal” in the NT, six times the word qualifies
nouns signifying acts or processes rather than persons or things. The six
“eternal” acts or events are salvation (Heb 5:9), judgment (6:2), redemption
(9:12), sin (Mark 3:29), punishment (Matt 25:46), and destruction (2 Thess
1:9).
“In four of the six, “eternal” refers to the results
or outcome of the action and not the action itself. “Eternal judgment” does not
mean that the judging will last forever, but that its outcome will. “Eternal redemption”
does not mean that the process goes on without end—for the redemptive work was
done once and for all—but that its issue will have no end forever. “Eternal
salvation” is the result; we do not look for an eternal act of “saving.” And
the “eternal” sin is called that because its guilt will never be forgiven, not
because the sinning continues throughout eternity. Given this regular usage of
“eternal” to describe the results of an action or process, we suggest that it
is perfectly proper to understand the two disputed usages in this same ordinary
way. The “everlasting destruction” (2 Thess 1:9) of the wicked does not mean
that Christ will be forever in the process of destroying them but that their
destruction, once accomplished, will be forever. The wicked will never
reappear. Paul’s phrase “eternal destruction” is in fact a clearer picture of
Jesus’ generic term “eternal punishment” in Matt 25:46. This destruction is not
accidental, nor is it self-inflicted. It is the penal outcome of God’s
judgment. It is punishment, in this instance capital punishment. And, unlike
even the capital punishment man may inflict, it is irreversible capital
punishment. It is, truly, “everlasting” or “eternal” punishment, “everlasting
destruction,” the second death from which there is no resurrection or return
forever. It is the very fate we have met time and time again throughout the Bible.
The wicked’s destruction will be just as long-lasting as the life of the saved.
We give the dualism full weight, in keeping with the regular usage of the word
“eternal” with nouns of action and in light of Jesus’ clear statement in Matt
25:46 placing “eternal life” and “eternal punishment” side by side. Never, ever
after, in all eternity, will the wicked be.” (Rethinking Hell Readings in
Evangelical Conditionalism, EDWARD W. FUDGE, 2014)